miércoles, 3 de agosto de 2016

Si amaramos a Guatemala no hablaríamos mal de nuestra gente, hablaríamos con esperanza, con la visión puesta en un futuro prometedor, no cometeríamos actos delictivos, haríamos siempre lo correcto, trabajaríamos con afán de engrandecer la Nación que tanto nos ha brindado, seríamos ejemplo.
Fomentaríamos la solidaridad, respeto, amor, empatía, justicia, laboriosidad... No entorpeceríamos el triunfo de nuestros hermanos y hermanas, ni aprovecharíamos la nobleza, tampoco toleraríamos la tiranía.
Necesitamos en carácter de urgencia tendernos la mano, actuar, sentir y pensar como seres humanos, para poder crecer como estado es indispensable la suma de buenas acciones, si queremos mejores proyecciones.